Con
el tiempo aprendí que hay personas que permanecen en tu vida y otras que, en
determinado momento, se alejan y desaparecen.
Aprendí
también que no importan las distancias, que quien te quiere te recuerda y siempre
te tiene presente.
¿Quién eres cuando nadie te ve?
Vivimos en un mundo de juicios, donde todos se fijan en qué cosas hacemos y cómo
las hacemos. Donde juzgar es más simple que pensar en hacer el bien.
Donde ver los fallos y defectos es más fácil que encontrar al menos una virtud. Vivimos en un mundo en el que parece que es más importante vestirse bien,
o actuar de la manera adecuada, que ser uno mismo y seguir los sentimientos
propios,y no las "reglas" impuestas por la sociedad.